En la II Guerra Mundial, Hitler exigió a sus generales que los holandeses fueran derrotados en pocos días, ya que temía que los británicos desembarcaran en las costas holandesas y utilizaran sus aeródromos para lanzar un ataque sobre Alemania.
Róterdam contaba con el puerto más importante de Europa, y para las comunicaciones y envío de mercancías era un lugar muy estratégico por tanto, el interés de Alemania era controlar la ciudad desde un primer momento.
La resistencia holandesa en Róterdam
Así que, molesto por la obstinación de los holandeses por luchar, el general alemán Schmidt le hizo llegar un ultimátum al comandante holandés en mayo de 1940: si Róterdam no era entregada esa misma tarde, sería bombardeada.
El general alemán ordenó finalmente bombardearla por la Luftwaffe el 14 de mayo, un bombardeo que duró apenas 15 minutos, pero que fueron suficientes para que todo el centro quedara hecho añicos. Las cifras fueron devastadoras: 800 personas murieron, 80.000 se quedaron sin hogar y desaparecieron más de 25.000 casas, entre otros edificios; según los datos ofrecidos por Post War Reconstrucction Community Rotterdam.
Desvanecida casi por completo la ciudad, el casco histórico se vio reducido a escombros y se tuvo que hacer frente a la reconstrucción. Estas primeras ideas llegaron rápido y defendían la reconstrucción de la ciudad muy similar a como era antes del bombardeo.
La reconstrucción de Róterdam
El arquitecto municipal Willem G. Witteveen fue el encargado de preparar el plan con las labores de desescombro y planificar la reconstrucción. Willem ideó en un principio, que la ciudad mantuviera el mismo trazo que antes del bombardeo, aunque aprovecharía para mejorar la circulación proponiendo enchanchar algunas calles y mejorar algunos aspectos estéticos.
Sin embargo, la contienda impidió comenzar los planes de reconstrucción. Simplemente se realizaron labores de desescombro, se derribaron edificios que estaban muy dañados y se edificaron algunos edificios de emergencia. En 1942 el parón fue total, llegando incluso, a cultivar alimentos en las áreas vacías para proporcionárselo a los ciudadanos.
Pero este primer proyecto cambió de rumbo y dio paso a un plan que transformaría de manera radical todo el casco urbano.
El primer plan de reconstrucción de Róterdam fue diseñado en 1946, tan solo un año después de acabar la guerra. El cambio afectó al trazado urbano que renegó el trazado anterior; priorizando tanto las actividades económicas como de ocio. Consideraron así, la reconstrucción de Róterdam, mucho más una cuestión económica que estética.
Una de las intervenciones más importantes fue la separación de áreas de vivienda, trabajo y ocio. El centro fue destinado principalmente al trabajo, las compras y el entretenimiento. Las empresas y las fábricas se trasladaron a polígonos industriales especiales en la periferia. La parte residencial en el centro vio reducida su participación; quedó relegada a las afueras y a la construcción de nuevos suburbios ajardinados. Finalmente, ninguna de las ideas de Witteveen es visible en la ciudad reconstruida, pero su esencia inspiró en gran medida a ciertas áreas de la ciudad.
Róterdam sufrió las consecuencias del bombardeo que deshizo todo su diseño en cuestión de minutos, pero supo resurgir de sus cenizas convirtiéndose hoy en día, en un ejemplo de arquitectura moderna.
En definitiva, una ciudad valiente, cosmopolita, moderna, ecléctica, joven, innovadora, vanguardista e internacional.
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Autor | Patricia González
Imágenes | Guías y Tours, W. Commons
3 respuestas
¡Qué interesante!
Estimada Mónica, muchas gracias por tus comentarios. No dudes en suscribirte a nuestra newsleter si no quieres perderte otros artículos como este.
Sin duda, los muros de ciudades como esta cuentan su impresionante historia. Gracias por compartir el artículo!